Por: Antonio Delgado.
La Guerra a Muerte, aquella guerra terrible de los años 13 y 14 de la centuria decimonona venezolana, encontró a los pueblos tuyeros y aragüeños sumidos en una catástrofe económica y social, que tuvo gran impacto en la vida de la otrora provincia de Caracas y se constituyó en un acontecimiento significativo para las historias regionales y locales de estos pueblos.
La desestructuración económica de Los Valles de Aragua y del Tuy ante la presencia de Rosete
Si muchos pueblos de Venezuela asistieron como testigos horrorizados de la Guerra a Muerte, quizás no haya alguno que la sufriera de manera cruel y espantosa como los Valles de Aragua y del Tuy. Estos pueblos, cayeron bajo la cuchilla y la barbarie que sacrificó a la población civil y destruyó o intentó destruir las unidades de producción, que durante el período colonial garantizó el suministro y abastecimiento de mercancías en el mercado caraqueño.
Fueron dos los elementos a tomar en cuenta en el proceso de desestructuración económica y social en la Venezuela del siglo XIX, el primero natural y el segundo político. Si las condiciones geográficas limitaban las comunicaciones en el ámbito territorial; el estallido de la guerra nacional de independencia, sobre todo, la etapa de la Guerra a Muerte, contribuyó decisivamente a desarticular la producción agraria venezolana y la inevitable dispersión de la población.
Los valles de Aragua, Tuy, Caracas, la zona de Barlovento y las tierras bajas del Lago de Valencia, que en el período colonial, se constituyeron en asientos de prósperas agriculturas de plantaciones de caña de azúcar, añil y trigo, entre otros rubros, exteriorizaban durante la Guerra a Muerte un panorama económico pavoroso. Las regiones mencionadas no tenían nada que exportar y apenas podían satisfacer las necesidades elementales del mercado interno. El llamado “granero de Caracas”, los Valles del Tuy, concurrieron como testigos y víctimas de una guerra terrible, que entre 1813-1814, hizo estragos en la población y en las actividades productivas de las haciendas monocultoras y monoproductoras, ya que impidió el abastecimiento suficiente de productos y el comercio con el mercado de Caracas.
Al respecto, los estudios realizados sobre la región por el historiador Diógenes Molina Castro, refieren que la población de Santa Lucía del Guaire y otros cantones de la provincia de Caracas, vivieron años aciagos desde 1812 hasta 1814, primero con la catástrofe natural del terremoto, y luego, con la tragedia político-social que significó la presencia de Rosete en el Valle del Tuy, particularmente, en Ocumare.
Pobreza colectiva, parálisis productiva, saqueo y estampidas negreras que huían de las haciendas, era el cuadro desolador que pintaban estos pueblos durante la Guerra a Muerte.