DOSSIER 9.6: El intento de asesinar a Cisneros en Charallave

Por: Efrén Calero

      Para el año de 1826 se hacía necesaria la presencia del Libertador Simón Bolívar en Venezuela, esto por la urgencia de parar la ya avanzada conspiración interna (La Cosiata) que estaba por desmembrar a la Gran Colombia, o mejor dicho la unión latinoamericana. Bolívar llegó a Venezuela el 16 de diciembre de ese año a Maracaibo y de allí pasó luego a Puerto Cabello, donde tiene que, en un acto de reafirmación de su autoridad, nombrar a José Antonio Páez como jefe superior de Venezuela, esto ocurrió en el mismo Puerto Cabello el 1 de enero de 1827 y Páez a su vez, debió reconocer y aceptar la autoridad que El Libertador tenía como presidente de Venezuela, lo cual asumió en un acto público al siguiente día.

      Bolívar una vez en el territorio venezolano, enterado de la situación generada por las diversas partidas de realistas que aún se mantenían en el accionar guerrerista contra la república, y en especial atención a las acciones de Dionisio Cisneros, realiza un decreto de indulgencia el 12 de enero de 1827 a favor del afamado último realista y su partida de facciosos, en ese documento, El Libertador plantea tres alternativas para Cisneros, la primera de estas es que éste podía ingresar a formar parte del ejército de la Gran Colombia con el mismo grado militar por él obtenido con el ejército español, la segunda era que podía vivir tranquilamente en el país, siempre y cuando respetase las leyes y autoridades de la república y en tercer lugar sí él quería abandonar el país la república le entregaría una suma de 3000 pesos para sus gasto.

Detalle de Batalla de Carabobo, de Martín Tovar y Tovar, Palacio Federal Legislativo, 1888Martín Tovar y Tovar, Detalle de la obra «La Batalla de Carabobo», año 1888, Palacio Federal Legislativo, Caracas, Venezuela.

      En los días siguientes, informado Cisneros del indulto decretado por Simón Bolívar, decide aceptar el convenio y presentarse a las autoridades de la provincia de Caracas, para iniciar las conversaciones con el Coronel José Gabriel Lugo, por lo cual debe trasladarse hasta Charallave, siendo recibido en la casona de la “Hacienda El Guaremal” de la cual era dueño el capitán de milicias de la república Pedro Antonio Piñango, El General Bolívar, es informado de estos avances y en una carta escrita a su amigo Fernando Peñalver, firmada en Caracas, en respuesta a una que éste le había enviado previamente preocupado por la inestabilidad del país, le escribe con ánimos de calmar a Peñalver sobre la situación de Venezuela, indicándole lo siguiente:

Aquí estamos muy tranquilos y en tratados con Cisneros, puede decirse. Yo hago cuanto me es posible por atraerlo a la razón y libertar a Venezuela de este hombre que tantos perjuicios hace a la agricultura. Yo le cumpliré fielmente cuanto se le prometa”.[1]

      Durante los días que los bandoleros de Cisneros estuvieron en Charallave ocurrió que todas las noches se realizaban grandes fiestas en la Casa del Coronel Piñango, a la cual asistían muchas personas del pueblo, lo que llamó mucho la atención de las autoridades, además se cuenta que cuando Cisneros paseaba por el pueblo, los vecinos se le acercaban, lo saludaban con aprecio, le daban regalos y comidas, como tratando de estrechar relaciones con el bandolero realista, esto puede ser debido a que el pueblo lo veía como una especie de héroe popular, ya que peleaba contra la república, y muchas personas en Charallave disentían también de ésta a favor de la Corona española.

    Luego de las noticias suministradas por el Coronel Lugo, Bolívar envía al coronel Pedro Castro como comisionado para los tratados con Cisneros y el día 15 de febrero este coronel sostiene un encuentro con el jefe faccioso en el sitio de “El Potrerito” en Charallave, como resultado de ese encuentro, se realizó un acuerdo – compromiso entre ambas partes, el cual consistía en; iniciar un armisticio de cese de hostilidades y de paz con una duración de tres meses, en segundo término que al final de ese tiempo convenido de tres meses Cisneros junto con su tropa debía presentarse ante las autoridades republicanas, las cuales darían cumplimiento al indulto decretado por el Libertador en fecha de 12 de febrero, en tercer término que a Cisneros y a los miembros de su facción le estaba permitido entrar a cualquiera de los pueblos ubicados entre Charallave y Hoyo de la Puerta, cerca de Baruta, para proveerse de lo que necesitaran, en este tratado Dionisio solo se comprometió en castigar a los individuos bajo su mando que ofendieran en lo más leve a algún vecino o pasajero de esos parajes, además se acordó reunirse al día siguiente para dejar por escrito y leer ante el pueblo lo convenido en la reunión.

      Al día siguiente 16 de febrero según lo acordado se reunieron nuevamente y el coronel Castro ante el grupo de facinerosos comenzó a leer lo que se había acordado el día anterior, cuando de repente recibió un manotazo de Cisneros, quien al mismo tiempo le expresaba:

… ¿papeles?  Yo no estoy por papeles, que cansado estoy de ver papeles ¿Qué para eso es que usted me manda a llamar?, si he sabido que es para eso no vengo, que armisticios ni que armisticios, por su condenado armisticio se me han ido varias presas de las manos y esto no me ha servido sino para gastar más de mil pesos, ya no me fiaré más de ninguno de aquí de Charallave, ni comeré, ni beberé, porque un amigo que estaba haciendo el papel de patriota aquí y que ahora se ha mostrado conmigo y se ha comprometido a ser muy godo me ha dicho que no me fíe de beber ni comer en ninguna casa, que lo más pronto que tienen es matarme con veneno y esté usted seguro que Puerto Cabello está tomado por los españoles y a ellos se ha pasado el Batallón Anzoátegui; en el llano ha habido una gran revolución y solamente yo estoy sin hacer nada por el condenado armisticio pues acabo de recibir dos cartas que con este amigo me han mandado de Caracas. [2]

     Esto fue una terrible situación y un desfavorable cambio inesperado por la república quienes esperaban y creían en la pacificación de Cisneros y su grupo, en beneficio de la región. Luego en investigaciones realizadas sobre este hecho, se supo, que había sido Pedro Antonio Piñango, quien era realmente realista, y para convencer a Cisneros de no aceptar el armisticio de paz, había inventado que los representantes de la república tenían planeado matarlo envenenado en los festejos después de firmado el trato.

     Luego de esto, el bandolero decide quedarse en Casa de Piñango en El Guaremal por varios días más, enteradas las autoridades de esto deciden fraguar un plan para emboscar a la facción, la operación fue conducida por el Coronel Anselmo Hurtado (alias El Burro Negro) comandante de la columna de operaciones contra Cisneros, a los días, en horas de la mañana, entraron las tropas comandadas por Hurtado, aprovechando que los bandoleros habían estado de juerga la noche anterior, pero lamentablemente, se descubre prematuramente el plan y se traba una fuerte balacera donde caen hombres de lado y lado, los republicanos logran rápidamente acabar con gran parte de los bandoleros, pero Cisneros y algunos de sus compañeros escapan, entre ellos su principal lugarteniente y mano derecha Trujillo, un isleño que se decía que nunca tomaba y cuidaba en todo momento a Dionisio Cisneros.

      El afamado Caraqueño José Domingo Díaz, quien era médico, periodista, escritor y además ferviente realista, en su obra Recuerdos sobre la rebelión de Caracas, publicada en España por primera vez en 1829, mezcla las anécdotas y plasma la escena del atentado contra Cisneros de la forma siguiente:

En el día convenido se presentaron ambos en Charallave, siendo el comisionado del Sedicioso (se refiere a Bolívar) un coronel de su mayor satisfacción. La conferencia principió del modo más amigable; llegó el mediodía y se interrumpió para comer. Eran los asistentes Cisneros y veinte de los de su mayor confianza y el coronel con igual número; ninguno, sin embargo, se había separado de sus armas.

   En el discurso de la comida, Cisneros y Trujillo, que se habían absteni­do de tomar licor alguno a pesar de repetidos brindis e instancias, observa­ron que sus compañeros, no habiendo tenido la misma conducta, estaban ya medio ebrios, mientras que los demás se encontraban en todo el uso de su razón y de sus fuerzas, por el poco que habían hecho de las bebidas. Se pusie­ron en expectación, y poco tiempo después, a una señal del coronel se dio la del asesinato. Cisneros y Trujillo se abrieron paso con sus trabucos y sables, y consiguieron salir de la casa, montar en sus caballerías y escapar, dejando tendidos en la sala a los que intentaron ofenderlos y asesinados a todos sus compañeros, que en el estado de su embriaguez no pudieron defenderse. Este acontecimiento llenó de horror e indignación a todos los pueblos que vieron su causa en el Pérfido (se refiere a Bolívar) que los mandaba, a pesar de sus públicas protestas sobre el caso.[3] (Negritas nuestras)

      En los meses posteriores se realizaron varias investigaciones donde se demostró que Pedro Antonio Piñango era un agente realista disfrazado de  patriota y mantenía comunicaciones con José Antonio Arizabalo y Tomás Morales, entre otros realistas, se descubrió que Remigio Alvarenga, propietario de tierras en Charallave residenciado en Caracas, era contacto entre Cisneros y los agentes españoles radicados en Puerto Rico y Cuba,  además era quien había entregado las dos cartas a Cisneros donde le hablaba de las operaciones de Arizabalo y su pronto arribo a Venezuela y sus planes para invadir la provincia.

    Como consecuencia de las acciones realizadas por la república en Charallave, y además con las esperanzas reanimadas por las cartas donde se hablaba de las intenciones de invasión por Arizabalo,  y de las noticias de otras acciones por la costa oriental del país, Dionisio Cisneros en los meses siguientes, arreció su accionar y sus ataques fueron cada vez más violentos en los pueblo y caseríos que asaltó, llegado el mes de Julio de 1827, Bolívar nuevamente tiene que partir de Venezuela y se fue con la amargura de no haber podido lograr la pacificación de Dionisio Cisneros, con el paso del tiempo esa situación domestica termino afectando no solo la imagen del Libertador, ante el gobierno de la Gran Colombia, sino también a los planes de unión de la América.

Notas:

[1] Carta del libertador Simón Bolívar a Fernando Peñalver. Fechada en caracas el 19 de febrero de 1827.

[2] Dayana Valderrama y Ernesto Figuera, Descontentos, leales e intransigentes, 2011, p. 102.

[3] José Domingo Díaz, Recuerdos sobre la rebelión de Caracas, 2012, p.261.

Fuentes Consultadas.

Testimonios

Archivo del Libertador Simón Bolívar

  • Documento 1282. del original O.C.B. Carta del libertador Simón Bolívar a Fernando Peñalver. Fechada en caracas el 19 de febrero de 1827.
  • Díaz, José Domingo, “Recuerdos sobre la rebelión de Caracas”, Caracas, Fundación Biblioteca Ayacucho y Banco Central de Venezuela, Colección Claves políticas de América Nº 9, 2012, 364 pp.

Bibliografía

  • Berrueta Jorge y Arismendi Álvaro, “La fiel guerrilla del rey, el accionar guerrillero en la provincia de Caracas como factor determinante en los planes de reconquista española (1821 – 1831)” Caracas, Ministerio del poder popular para la Cultura, Colección Bicentenario, 2011, 158 pp.
  • Valderrama Vanezca, Dayana y Figuera Ernesto, “Descontentos, leales e intransigentes” Caracas, Fundación Centro Nacional de la Historia, Colección Monografías, 2011, 174 pp.

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